Nuestra solución para las necesidades de control solar y el aislamiento térmico
El vidrio de baja emisividad (o vidrio low-E) proporciona la transmisión de luz natural mientras ayuda a limitar la ganancia de calor y la transferencia de energía térmica.
Debido a las mejoras continuas en su aislamiento térmico y en su rendimiento del control solar, el vidrio es un material de construcción flexible que puede ayudar a mejorar la eficiencia energética de los edificios. Una forma de lograr este rendimiento es mediante el uso de recubrimientos de baja emisividad (Low-E), una parte fundamental del acristalamiento que permite a los ocupantes del edificio interactuar visualmente con el entorno externo desde un interior confortable.
Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) en el acristalamiento arquitectónico pueden ayudar a controlar las temperaturas dentro de un edificio al proporcionar diferentes niveles de aislamiento térmico y/o control solar. El acristalamiento de baja emisividad puede permitir la entrada de mucha luz natural en los espacios interiores, lo que ayuda a mejorar la comodidad de los ocupantes y, al mismo tiempo, contribuye a la eficiencia energética del edificio.
Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) también ofrecen a los arquitectos una amplia gama de opciones estéticas en términos de colores, lo que les permite seleccionar el aspecto más adecuado para su proyecto.
En términos de estética, el acristalamiento puede hacerse para verse neutro o coloreado, con el nivel deseado de reflexión, transmisión de la luz y privacidad. Los arquitectos tienen la libertad de crear fachadas acristaladas visualmente impresionantes que ayuden a integrar el edificio con su entorno al reflejar los alrededores o al mostrar lo que sucede dentro del edificio. En términos de rendimiento energético, el direccionamiento de la energía solar y la intensidad del aislamiento térmico se ven afectados.
En términos de rendimiento del aislamiento térmico, el vidrio de baja emisividad ofrece las siguientes ventajas:
A menudo especificado para ventanas, tejados y fachadas encristaladas, el vidrio de control solar optimiza la transmisión de la luz, el control solar y el alto rendimiento térmico. El vidrio deja pasar la luz solar al tiempo que refleja gran parte del calor del sol.
El vidrio de control solar de baja emisividad (low-E) es ideal para maximizar la luz natural y reflejar la mayor parte del calor solar en el exterior. El espacio interior se mantiene más luminoso y fresco en comparación con el vidrio no recubierto. También se puede mejorar la eficiencia energética, ya que el vidrio de control solar ayuda a reducir las cargas de aire acondicionado durante los meses más cálidos.
La luz que entra al edificio, así como los recubrimientos y su colocación en el acristalamiento, son cruciales para apoyar la comodidad de los ocupantes. El término “selectividad espectral” se utiliza para abordar la cantidad de transmisión de luz natural en relación con el bloqueo de la energía solar. La selectividad espectral se calcula dividiendo la transmisión de luz natural (Visible Light Transmission, VLT) por la SHGC (Solar Heat Gain Coefficient [Coeficiente de Ganancia de Calor Solar]) o factor solar. Se logra una mayor selectividad espectral cuando se transmite más luz natural y menos energía solar general. El Departamento de Energía de los Estados Unidos ha establecido una relación luz-ganancia solar (Light-to-Solar Gain, LSG) de 1.25 como la medición mínima que se clasificará como un “acristalamiento espectralmente selectivo”.
Dependiendo de la ubicación y la orientación del edificio, el acristalamiento de baja emisividad puede ayudar a mitigar el resplandor del sol y aumentar la comodidad visual de los ocupantes del edificio, particularmente si una fachada acristalada se expone directamente al sol y con una alta relación ventana-pared.
Se le puede atribuir a la luz ultravioleta (UV) aproximadamente el 50 % de la decoloración de los muebles interiores y de los accesorios. El uso de vidrio laminado puede bloquear hasta el 99 % de la luz UV.
Nuestra gama de productos de baja emisividad combina las propiedades de control solar, la transmisión de la luz y la baja ganancia de calor solar con una gama de colores y apariencias para adaptarse a cualquier aplicación.
Para comprender cómo funciona el vidrio de baja emisividad, es necesario considerar cómo interactúa el vidrio con el espectro electromagnético.
La energía solar (o radiación de onda corta) se recibe en la superficie de la tierra desde el sol. Incluye longitudes de onda ultravioletas, visibles y cercanas a la infrarroja, que oscilan entre 300 y 2500 nm. El vidrio revestido con control solar puede bloquear una cantidad significativa de esta energía al reflejarla y absorber parte de ella.
La radiación de onda larga incluye longitudes de onda de 5000 a 50 000 nm. Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) en vidrio están diseñados para ralentizar la transferencia de calor radiante. Los recubrimiento de baja emisividad (Low-E) reflejan la radiación (calor) de onda larga de regreso a la estructura durante los períodos más fríos y al aire libre durante los períodos más cálidos.
La transferencia de calor se realiza a través de tres mecanismos: radiación, conducción y convección. Los tres tipos de transferencia de calor tienen lugar dentro de una unidad de vidrio aislante (Insulating Glass Unit, IGU).
El rendimiento del aislamiento se refiere a la reducción de la transferencia de calor asociada con las diferencias de temperatura del aire exterior frente al interior.
En climas fríos, el rendimiento del aislamiento es una ventaja. El vidrio aislante térmico puede permitir la entrada de energía de onda corta y mejora la retención de calor dentro del edificio, reflejando la energía de onda larga.
En climas cálidos, el acristalamiento debe reducir tanto la energía de onda corta entrante como la energía de onda larga entrante incidental, lo que puede ayudar a disminuir la necesidad de aire acondicionado.
Independientemente del clima, un acristalamiento que reduce la transferencia de calor es una ventaja para el rendimiento energético.
El rendimiento del aislamiento del acristalamiento puede mejorarse con el uso de un recubrimiento de baja emisividad (Low-E) que se desempeña bien al reflejar la energía de onda larga.
El rendimiento del aislamiento se mide utilizando un parámetro llamado “valor U”, que describe la transferencia de energía por unidad de tiempo, es decir, la duración requerida para la transferencia de energía por unidad de área de acristalamiento y por grado de diferencia de temperatura entre las condiciones exteriores e interiores.
Si un conjunto de acristalamiento tiene un rendimiento del aislamiento térmico fuerte, solo se transferirá una pequeña cantidad de energía y, por lo tanto, el valor U será bajo.
El coeficiente de ganancia de calor solar (SHGC) y el factor solar (valor g) se utilizan para medir la energía solar que se transfiere a interiores. Esto incluye la transmisión directa y la transmisión indirecta debido a la absorción y la reincidencia de la radiación interna. El SHGC es la parte decimal de la energía solar que se transmite a través de una composición de acristalamiento. Por ejemplo, si el 31 % de la energía solar entrante pasa a través del acristalamiento, el SHGC es 0.31.
Cuando un rayo de energía electromagnética golpea un panel de vidrio, una parte de la energía puede reflejarse, otra parte puede absorberse y la energía restante se transmite.
Para un proyecto de construcción ubicado en un clima cálido o moderado, se prefiere un bajo coeficiente de ganancia de calor solar (SHGC) o valor g. La colocación de la superficie número 2 de un recubrimiento de baja emisividad (Low-E) de control solar a menudo facilita el mejor rendimiento porque refleja parte de la energía solar entrante antes de que pueda ingresar al acristalamiento.
En climas particularmente fríos, un SHGC o valor g más alto podría ser ventajoso para permitir la ganancia pasiva de calor.
Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) pueden dividirse en dos categorías: aquellos que se aplican a través de la deposición pirolítica (recubrimientos duros) y aquellos que se aplican a través de la deposición por pulverización (recubrimientos blandos). Las plantas de producción de Guardian Glass solo utilizan el proceso de deposición por pulverización.
Los recubrimientos de pulverización se aplican en una gran máquina de deposición de vacío de pulverización con magnetrón, fuera de línea del proceso de producción de vidrio flotado. El vidrio completamente formado se desplaza a lo largo de un sistema transportador a través de una cámara de vacío larga donde se acumula secuencialmente un rango de materiales en la superficie del vidrio. Juntos, estos materiales miden aproximadamente 1/500 del grosor de una hoja de papel.
Los recubrimientos de pulverización se aplican con más precisión que los recubrimientos pirolíticos. Los recubrimientos de baja emisividad (low-E) aplicados por pulverización actuales son diseños complejos y multicapa, diseñados para proporcionar una alta transmisión de luz natural, baja reflexión de luz natural y reducir la transferencia de calor.
Los recubrimientos pirolíticos se aplican en línea durante el proceso de producción del vidrio flotado. La superficie superior de la cinta de vidrio se rocía con material, típicamente con óxido de estaño. A medida que el vidrio se enfría, la unión superficial se solidifica, creando una unión fuerte que es muy duradera para el procesamiento del vidrio durante la fabricación. Sin embargo, sus propiedades son muy limitadas debido a su estructura sencilla.
Guardian le ofrece una gran cantidad de notas técnicas, herramientas y recursos de aprendizaje en línea para mejorar su conocimiento sobre el vidrio y ayudarlo a especificar el acristalamiento arquitectónico más adecuado para su proyecto. Conéctese con el Centro de Recursos para obtener más información.
Las aplicaciones de acristalamiento arquitectónico de baja emisividad son de amplio alcance. Desde ventanas y muros cortina hasta techos y tragaluces, de hecho, cualquier aplicación en la que el acristalamiento sea una barrera física entre el interior y el exterior de un edificio, puede considerarse un acristalamiento de baja emisividad.
Un muro cortina es una cubierta envolvente no estructural de un edificio que podría ser de vidrio. El uso de vidrio con recubrimiento de baja emisividad (Low-E) en un muro cortina ayuda a los diseñadores a controlar la apariencia (p. ej., reflectividad, transparencia, color) y el rendimiento del acristalamiento, incluido el aislamiento térmico y la protección solar.
En domos o tragaluces, como el acristalamiento de techos, puede ayudar a reducir la necesidad de iluminación artificial, así como proporcionar una fuente de luz natural para ayudar a iluminar y abrir los espacios interiores de un edificio. Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) en el acristalamiento pueden ayudar a abordar las necesidades de aislamiento térmico y el control solar. El vidrio de baja emisividad puede incluso laminarse para su uso en aplicaciones de vidrio de seguridad en altura.
En el acristalamiento curvo o doblado, se han desarrollado recubrimientos de baja emisividad (Low-E) que resisten el proceso de doblado sin afectar la apariencia visual del vidrio. Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) están disponibles para aplicaciones de vidrio curvo que aún proporcionan el rendimiento térmico y solar requerido para contribuir a la eficiencia energética del edificio.
El vidrio de baja emisividad de gran tamaño proporciona posibilidades innovadoras para que los diseñadores creen diseños únicos y llamativos. El uso de grandes paneles de vidrio de baja emisividad puede ayudar a minimizar el uso de elementos estructurales y, al mismo tiempo, crear una fachada de vidrio continua que permita que los interiores del edificio se inunden con más luz natural y que proporcione vistas espectaculares que los ocupantes pueden disfrutar, así como satisfacer las necesidades de rendimiento solar y térmico del proyecto.
El vidrio de color se produce mediante pequeñas adiciones de óxidos metálicos a la composición del vidrio flotado. El vidrio de color ayuda a reducir tanto la luz natural como la ganancia de calor solar.
Los colores del vidrio de color pueden variar de azul a gris con diferentes contrastes creados mediante el uso de distintos óxidos metálicos. Los recubrimientos de baja emisividad (Low-E) pueden aplicarse en sustratos del vidrio de color para:
El vidrio es un material de construcción fundamental y versátil que tiene muchos usos y ventajas. Cada proyecto de construcción tendrá sus propios requerimientos exclusivos en términos de medio ambiente, clima, rendimiento del vidrio, y de cómo debe verse y funcionar. El vidrio de baja emisividad puede ayudar a satisfacer estos requisitos desafiantes, particularmente en términos de control solar, aislamiento térmico y cómo estos repercuten en la eficiencia energética de los edificios. Con una gama tan amplia de recubrimientos de baja emisividad (Low-E) para elegir, los arquitectos y diseñadores pueden encontrar el acristalamiento recubierto de baja emisividad más adecuado para satisfacer sus necesidades estéticas y de rendimiento, mientras ayudan a mejorar la comodidad y el bienestar de los ocupantes del edificio y satisfacen sus objetivos de eficiencia energética.
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En Guardian Glass somos expertos en la creación y en aplicaciones de vidrio, y estamos en constante desarrollo de nuevas tecnologías y técnicas de vidrio para ofrecer soluciones de alto rendimiento en todo el mundo. Estamos enfocados en ampliar los límites de lo que se puede lograr con el vidrio. Desde proyectos arquitectónicos emblemáticos hasta interiores de hogares y espacios comerciales. Esto significa que trabajamos codo a codo con nuestros socios y clientes en toda la cadena de suministro para garantizar precisamente el resultado correcto. En otras palabras, cuando se trata de vidrio, lo ayudamos a ver lo que es posible.
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